miércoles, 16 de diciembre de 2009

Comerciante mendocino se quiso matar, lo atendieron mal en el 911 y cambió de idea

Hace muchísimos tiempo atrás diseñe un libro llamado Novisimo digesto de jurisprudencia ilustrada escrito por José Luís Amadeo, e ilustrado por Tabaré, en el cual se contaban casos reales que, debido a lo ridículo de la situación, terminaban pareciendo chistes mas que casos de jurisprudencia.
La “carta” que sigue a estas líneas fue escrita por un comerciante mendocino, del rubro informático, quien se quiso quitar la vida debido a los problemas económicos. Al tener que despedir a su personal y ver que su negocio se caía quiso quitarse la vida porque "le quería sacar un problema a mi pareja y a mis viejos". Pero en el hospital El Sauce le dijeron "dejate de joder", y en el 911, que no atendían a suicidas.
Gracias a la “mala” atención recibida por distintos órganos nacionales decidió no suicidarse. Como en el caso del Novisimo digesto parece broma… pero no lo es.

La apostilla

Tengo una pequeña empresa y estos últimos meses no han sido buenos; se cayeron varios proyectos y encima en este país ahora me suben a 21% el IVA de los productos que comercializo, o sea, me dejan en la calle.

El tema es que el sábado por la noche tuve una discusión muy grande con mi socio ya que él quiere vender todo e irse de acá o buscar un trabajo fijo. Y después de eso discutí con mi pareja, y ella se marchó a la casa de sus padres.

Cerca de la 7 de la mañana sentí una sensación terrible de quitarme la vida, realmente me sentía poseído, quería salir, liberarme de todo los problemas e inconvenientes diarios, quería unas vacaciones definitivas.

Tomé un cuchillo y decidido a cortarme la carótida me senté en el escritorio de mi oficina, delante de mi PC, con mi Blackberry Bold que ya no volvería a sonar con ese gran tema de los Beatles Hard days night o que por lo menos yo no volvería a escuchar. Comencé a lastimarme y en ese preciso momento sentí que era la única oportunidad de escapar del suicidio era buscar ayuda, no sabía de qué era capaz y en qué momento.

Llamé a la guardia de un hospital, no se bien cómo conseguí el teléfono; lo busqué en Internet, no me atendieron. Luego llamé directamente al hospital El Sauce y le intenté explicar la situación a un tipo que parecía más malhumorado y suicida que yo, y me dije por dentro: "¿Acá atienden a los pacientes?". Este tipo me dijo que me iba a pasar con el doctor de guardia pero me cortó. Volví a llamar;, pensé que se había cortado y el tipo de una manera terriblemente maleducada me dijo: "Dejate de joder y andate a cualquier hospital". Le agradecí el consejo y en ese momento recobré mi lucidez.
Salí de ese estado de crisis y me dije: Yo que tengo estudios universitarios, que he conocido otros países, que estoy suicidándome en mi lindo escritorio con mi cómodo sillón tengo la posibilidad de hacer algo antes de quitarme la vida. Deben haber muchos casos iguales o peores que yo, con perfiles suicidas más profundos y no tienen ningún tipo de ayuda.

Me costó cerca de 10 minutos encontrar un número de teléfono y encima no me ayudaron a superar una crisis de ansiedad con fines suicidas, sino que me trataron aún peor. ¿Cómo reaccionaría una persona en el mismo estado pero en otro ambiente, sin ningún tipo de contención por parte de este bendito Estado que nos quita constantemente y luego se jacta de ser ‘del pueblo’? ¿Cuántas vidas se está cobrando nuestro Estado?

Increíble.... entonces llamé al 911, con la crisis un poco más superada, aunque con la presión por las nubes y con una lesión leve en mi piel producida por el cuchillo. Les conté mi historia, y cuando estaba en la parte del suicidio me dijo: "Pero nosotros atendemos otras cosas, no somos la línea de ayuda al suicida". Le contesté: Sí, ya sé... llamo al 911 porque se que graban todo y va a quedar registrado mi testimonio nada más.

Cerca de las 13 llegó un patrullero a la empresa para retirar mi cadáver seguramente, porque habían pasado ya varias horas. Desde mi teléfono celular marcaron el 911 y me hicieron hablar con una persona, que no sé si era una especialista realmente pero me comentó que trabaja en la parte de ayuda al suicida y que sí te comunicas desde el 911, cosa que no me advirtieron cuando llamé a las 7.30 de la mañana.

Esta persona me dijo que era algo común y que debía ser fuerte, que había tenido mucho valor por no haberme quitado la vida, ya que el suicida ve tan placenteramente la muerte que no le interesa dejar de hacerlo, etcétera, etcétera, etcétera; la crisis hacía horas había pasado.

Lo que pido a través de este correo a ustedes es que pongan en conocimiento público lo que pasa, y que permitan brindar mejor y más fácil la información a la gente que cuando la necesita no está, porque tenemos un ESTADO AUSENTE.


Fuente: MDZOnLine

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