Hace un par de dias, la Advertising Standards Authority, organismo regulador de la industria publicitaria del Reino Unido, prohibió un anuncio de Lancôme protagonizado por, la otrora mujer bonita, Julia Roberts.
Según dicha entidad, el aviso no es honesto, más bien es engañoso. Ésta denuncia se basa en que la piel, que se ve en la foto, no posee ningún tipo de imperfección, o sea, es demasiada perfecta para ser verdad.
El diputado Jo Swinson, quien reclamo por dicho aviso a la ASA, declaró a la BBC:
"Esta sentencia demuestra que el ente regulador de la publicidad reconoce la naturaleza deshonesta y engañosa del retoque excesivo. Fotos de rostros, y pieles, sin defectos y cuerpos extremadamente delgados pululan por todas partes, pero no reflejan la realidad".
Este hecho se produce un mes después de que la Asociación Médica de Estados Unidos solicitó a las agencias de publicidad que detengan la "alteración de las fotografías de una manera tal que podrían promover expectativas poco realistas de la imagen corporal adecuada".
Este pedido surge a raíz de que se estima que 8 millones de personas, solamente en los EE.UU., luchan contra algún trastorno de la alimentación, siendo que un 95% de ellos se encuentran entre las edades de 12 y 25.
Según encuestas y sondeos, se estima que una de las grandes razones de esto se deba al uso exagerado de Photoshop por la industria de la publicidad.
Según las palabras de la Organización de la Salud: “La aparición de anuncios con modelos extremadamente alteradas puede crear expectativas poco realistas de la imagen corporal adecuada”.
En lo particular, y más allá de ser retocador publicitario, hace años que vengo escribiendo sobre este tema en distintas publicaciones. Inclusive en este blog se puede encontrar el post “No maten al mensajero”, publicado hace exactamente un año atrás, el domingo 11 de julio de 2010.
De hecho, el pasado jueves 29, brindé una conferencia, en el Encuentro Latinoamericano de Diseño, realizado por la Universidad de Palermo, que trataba sobre los Sofismas visuales (Verdades y mentiras de la imagen digital).
Considero aberrante lo que se está realizando en el mercado publicitario y editorial, donde las celebridades, y modelos, terminan transformándose en caricaturas de si misma.
Me gustaría aclarar que en la mayoría de las veces, los responsables de tales artificios no son los retocadores, sino las agencias, o editoriales, que les exigen este tipo de retoque.
Casualmente hace un par de días estuve conversando con una de las retocadoras más reconocidas y afamadas en el mundo, Natalia Taffarel, quien me comentó que había realizado, a una determinada agencia, un trabajo para una marca de cosmética muy conocida mundialmente. A raíz de ese retoque, otra agencia la contactó para realizar otro retoque, para la misma marca, pero el mismo era completamente antagónico al retoque que había realizado anteriormente. Mientras el primero mantenía toda la naturalidad necesaria para que la imagen fuera una imagen completamente realista, el actual retoque debía mostrar una piel completamente falsa e artificial, rozando una plasticidad de muñeca. Esto demuestra que si se le solicita este tipo de trabajos a una retocadora de renombre, que ha realizado tapas de revistas como ELLE, Vogue y GQ y la cual tiene la total autonomía para rechazar, o no, el trabajo, ¿que puede ocurrir si se le exige este tipo de trabajos a retocadores principiantes?
En mi humilde opinión, no siempre el cliente tiene la razón, y depende de nosotros profesionales instruir al soberano, para poder mejorar la calidad de las actuales imágenes publicadas.
“Debemos asumir que la fotografía nos engaña, justamente porque parece mostrar las cosas tal y como son”
W. Eugene Smith.
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